Bebe 2 meses gases mal olor

Gases del bebé por la noche

La mayoría de los gases del bebé se deben simplemente a la ingestión de aire mientras se alimenta. Otras veces, sin embargo, pueden ser causados por sensibilidades que podrían verse afectadas por la dieta de la madre lactante o por un determinado tipo de fórmula. A continuación te explicamos cómo saber si tu bebé tiene gases:

Dado que tragar aire mientras se alimenta es la explicación más probable de los gases del recién nacido, hacerles eructar dos veces es una cosa estupenda y sencilla de probar. Incluso dar a tu bebé unas suaves palmaditas en la espalda mientras se alimenta puede ser de gran ayuda. Muchas veces, si tu bebé se aparta del pecho o del biberón en mitad de la toma, no es porque esté lleno, sino porque los gases le incomodan.

Intenta alimentar a tu bebé (sea como sea) en una posición muy vertical. Esto ayudará a minimizar la cantidad de aire que traga. Si le das el biberón, puedes probar una tetina antigás para controlar mejor el flujo de leche. Asegúrate también de no agitar demasiado el biberón, ya que puede crear más burbujas.

El llanto, por supuesto, puede ser muy imprevisible. Pero, si puedes, intenta alimentar a tu bebé antes de que empiece a llorar. Los bebés tragan mucho aire mientras lloran; intenta aprender sus señales de hambre lo antes posible, para poder alimentarlo antes de que llore.

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Después de que nazca tu bebé, habrá muchas cosas de las que tendrás que ocuparte. Desde amamantar a tu bebé, pasando por entender sus horarios de sueño, hasta cambiarle los pañales, hay muchas cosas que hacer. Y si notas que tu pequeño empieza a gruñir, probablemente se trate de gases. Te sorprenderá saber que los bebés tienen un sistema digestivo inmaduro, por lo que no debes asustarte si tu bebé se tira muchos pedos. Sigue leyendo para saber qué debes saber si tu bebé se tira muchos pedos y qué puedes hacer para evitar el exceso de gases en su barriga.

Como padre, es natural que te preocupes si tu bebé se tira muchos pedos. Pero recuerda que, a diferencia de los niños maduros y los adultos, los bebés tienden a tragar más aire y eso puede provocar los gases. Los intestinos de tu pequeño tardan varios meses en formar la microflora necesaria para digerir eficazmente los alimentos. Cuando se trata de bebés amamantados, sus pedos tienden a ser menos olorosos en comparación con los que comen alimentos complementarios junto con la lactancia.

Hay que recordar que los bebés tienen un sistema digestivo poco desarrollado. Los músculos de tu pequeño responsables de la digestión están todavía en fase de desarrollo. Por eso, todas las proteínas y grasas que reciben de la leche materna y de otros alimentos tardan en ser digeridas.

Healthline paternidad y maternidad

Todo el mundo, incluido tu bebé, produce y expulsa gases. A medida que los alimentos se desplazan por el tracto gastrointestinal, el intestino delgado absorbe los nutrientes aprovechables. Las bacterias del intestino grueso descomponen los restos, liberando hidrógeno y dióxido de carbono y produciendo burbujas de gas en el proceso. Los eructos permiten que algunos gases salgan del estómago en un primer momento, y el resto viaja desde el colon hasta el recto, donde se expulsa principalmente a través de las deposiciones o las flatulencias.

Pero cuando los gases no salen con facilidad, se acumulan en el tubo digestivo y provocan hinchazón y malestar. Los bebés son especialmente propensos a ello. «Los sistemas digestivos de los recién nacidos son inmaduros, por lo que producen muchos gases, y esto es normal. Los bebés también toman mucho aire mientras se alimentan y lloran, lo que produce más gases», dice la doctora Samira Armin, pediatra del Texas Children’s Pediatrics de Houston. Los bebés alimentados con biberón suelen ser los que peor lo pasan, pero la lactancia materna no los hace inmunes. En definitiva, un recién nacido puede expulsar más gases que un adulto.

Reflejo de sobresalto del bebé

Todos hemos oído decir que «la leche materna es la mejor leche», «es el alimento infantil por excelencia» y «la leche materna es oro líquido». Los expertos están de acuerdo; la leche materna es el estándar de oro para la nutrición infantil. Proporciona al bebé las calorías, las grasas y los nutrientes necesarios para su crecimiento, y además le asegura importantes inmunidades para protegerle de las enfermedades. Ningún otro sustituto de la alimentación infantil está a la altura de la leche materna.

Veamos los motivos de la inquietud y los gases de tu bebé. Los gases son una parte normal del sistema gastrointestinal (GI), y todos tenemos gases de vez en cuando. En el caso de los bebés amamantados, los gases pueden deberse a que comen demasiado rápido, tragan demasiado aire o digieren ciertos alimentos. Los bebés tienen un sistema gastrointestinal inmaduro y, por ello, es frecuente que tengan gases. Los dolores provocados por los gases pueden hacer que el bebé esté inquieto, pero los gases intestinales no son perjudiciales.

Muchas madres se preocupan por la forma en que su dieta contribuye a los gases y al malestar de su bebé. Hay pocas investigaciones científicas que demuestren que ciertos alimentos de la dieta de una madre lactante causen problemas intestinales en sus bebés. Algunos bebés pueden reaccionar a determinados alimentos de la dieta de la madre, pero esto no significa que haya una lista especial de alimentos que las madres deban evitar durante la lactancia.