Ecg de hiperpotasemia
En una época de rápido desarrollo tecnológico y evolución de las posibilidades de diagnóstico, el electrocardiograma (ECG) está viviendo un auténtico «renacimiento» en las enfermedades del miocardio. Hasta la fecha, el ECG sigue siendo un primer paso insustituible a la hora de evaluar a los pacientes con miocardiopatía hipertrófica (MCH) y un ECG anormal puede ser la única manifestación de la enfermedad en una fase temprana. En algunos casos, las anomalías eléctricas específicas pueden diferenciar la MCH de fenotipos como la amiloidosis cardíaca y las enfermedades por almacenamiento de glucógeno. El crecimiento exponencial de los conocimientos sobre la complejidad de la MCH ha dado lugar a nuevos retos en cuanto a la identificación temprana de la enfermedad, el diagnóstico diferencial, la estratificación del riesgo y el desarrollo de terapias específicas. En este escenario, el aparentemente «anticuado» ECG y el conjunto de técnicas basadas en el ECG, que van desde la monitorización Holter y los registradores de bucle hasta las pruebas de ejercicio, son más actuales que nunca. En la presente revisión, analizamos el papel actual del ECG en el diagnóstico y el tratamiento de la MCH, centrándonos en diversos contextos clínicos en los que su uso e interpretación adecuados pueden marcar la diferencia.
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ResumenLa evaluación exhaustiva de los pacientes con miocardiopatía hipertrófica es un proceso complejo, en el que cada paso se centra simultáneamente en la confirmación del diagnóstico, la diferenciación entre la enfermedad sarcomérica y la no sarcomérica (fenocopia) y el pronóstico. Las nuevas modalidades, como las pruebas genéticas y el diagnóstico por imagen avanzado, han permitido avances sustanciales en la comprensión de esta enfermedad y facilitan el tratamiento de los pacientes. Sin embargo, su disponibilidad no es en la actualidad universal, y su interpretación requiere un alto nivel de experiencia. En este contexto, la electrocardiografía, un método rápido y ampliamente disponible, sigue teniendo un papel importante en la evaluación clínica diaria de esta población. En nuestra revisión, seguimos un enfoque gradual para la interpretación de cada segmento electrocardiográfico, discutiendo las implicaciones clínicas de los patrones electrocardiográficos en la enfermedad sarcomérica, su valor en el diagnóstico diferencial respecto a las fenocopias, y el impacto en el manejo del paciente. Al destacar la gran cantidad de información que se puede obtener de un simple trazado, exponemos cómo es probable que la electrocardiografía siga siendo una herramienta de diagnóstico integral también en el futuro.
Ecg de hipomagnesemia
Se recomienda encarecidamente realizar un electrocardiograma de 12 derivaciones en el momento del diagnóstico inicial de la miocardiopatía hipertrófica. Los hallazgos comunes en un electrocardiograma en estos pacientes incluyen ondas R altas, ondas Q profundas, ondas T invertidas, anomalías del segmento ST y «patrón de tensión» en las derivaciones torácicas. Las ondas Q profundas indican hipertrofia septal y las ondas T profundamente invertidas indican hipertrofia apical.
Las ondas Q septales grandes pueden reflejar la hipertrofia septal. En la variante Yamaguchi de la miocardiopatía hipertrófica apical, puede haber ondas T profundamente invertidas en las derivaciones precordiales V2-V6 y II, III, aVL (ver ejemplo).
A continuación se muestra un ejemplo de miocardiopatía hipertrófica con segmentos ST anormales, ondas T profundamente invertidas, ondas R apicales altas, ondas Q profundas. En las derivaciones precordiales puede observarse un «patrón de tensión».
A continuación se muestra un ejemplo de miocardiopatía hipertrófica con depresión del ST en las derivaciones laterales, ondas S más profundas en las derivaciones precordiales derechas y ondas R altas en las derivaciones precordiales izquierdas con inversiones de la onda T que indican un «patrón de deformación».
Ecg hcm apical
La miocardiopatía hipertrófica, antes denominada miocardiopatía hipertrófica obstructiva (MCHO) o estenosis subaórtica hipertrófica idiopática (ESI), es uno de los trastornos cardíacos hereditarios más comunes:
Es un trastorno heterogéneo producido por mutaciones en múltiples genes que codifican proteínas sarcoméricas (por ejemplo, la cadena pesada de la beta-miosina, la troponina T). La herencia es principalmente autosómica dominante, con penetración variable. Se han identificado más de 150 mutaciones, lo que explica la variabilidad del fenotipo clínico.
Este ECG se tomó a un hombre de 30 años que se presentó con aturdimiento por esfuerzo y palpitaciones. El equipo de cardiología interpretó erróneamente el ECG como «hipertrofia ventricular izquierda, edad del infarto lateral indeterminada».