Una antigua casa-granero de piedra se convierte en la tranquila oficina de una pareja
El verde y ondulado norte de España tiene un sabor totalmente diferente al del sur, y el propio norte tiene diferentes sabores, según la zona. La comunidad autónoma de Cantabria es un ejemplo de ello: un lugar encantador que no sólo cuenta con la sofisticada y estimulante ciudad de Santander, sino también con rutas turísticas a través de un bucólico desfile de paisajes de postal que permiten desconectar del estrés de la vida moderna.
A sólo 30 kilómetros de la capital, Santander, ya se encuentra en los Valles Pasiegos, el corazón de Cantabria. Entre los pueblos que no pueden faltar en el itinerario se encuentran la capital de la comarca, Liérganes (con un casco antiguo que merece la pena recorrer, cenar y detenerse), y un par de pueblos de la misma comarca, Pámanes (cuya estrella es el grandioso y cercano Palacio de Elsedo, de principios del siglo XVIII, que alberga un museo de arte español de los siglos XX y XXI), Rubalcaba. con apenas 200 habitantes y un casco antiguo de época barroca que es una auténtica joya.
La ruta lleva por Cabuérniga y Polaciones, a través de las cuencas de los ríos Nansa y Besaya y el Valle de Cabuérniga, con paisajes escarpados como la Reserva Natural del Saja, un tesoro ecológico. A lo largo del camino se encuentran pueblos que sólo pueden calificarse de encantadores, sobre todo Carmona, Tudanca y Bárcena Mayor, esta última se dice que es la localidad más antigua de Cantabria, llena de casas de piedra, calles empedradas… y hoy en día, negocios de atención al turista.
Calas y playas de Noja – Cantabria
La Asturias española es una región con una compleja orografía montañosa. Un paisaje de montañas casi inaccesibles y valles profundos, que el ser humano ha habitado durante miles de años. Los pueblos y aldeas están repartidos por toda la región, desde el mar Cantábrico hasta altitudes superiores a los 1.400 m en la Cordillera Cantábrica. La población humana está repartida por los valles, lo que también se refleja en la forma de gestionar el ganado. La mayoría son minifundios característicos. Hoy en día, la gente mantiene su ganado en miles de pequeñas parcelas, mientras que la agricultura casi ha desaparecido.
La cría de ganado a pequeña escala es una actividad ganadera importante en este tipo de tierras, y fuertemente subvencionada por la Unión Europea a través de la Política Agrícola Común (PAC). En la región de Asturias escasean las grandes extensiones de terreno abierto y los prados. Se encuentran grandes pastos, los llamados «pastos de verano», normalmente en las zonas de alta montaña. Allí es donde los ganaderos llevan a sus animales a pasar los meses sin nieve, normalmente entre junio y septiembre. Sin embargo, esta ganadería tradicional está desapareciendo, sobre todo porque las zonas de alta montaña no son fácilmente accesibles. En muchos casos, los vehículos no pueden llegar a estos pastos.
Cabaña o chozo de pastores. Construcción 100
Abrir en otra ventanaFig. 1Mapa de España continental (a) mostrando las dos zonas de estudio: Cordillera Cantábrica (b) y Cordillera Bética (c). Se muestran las localizaciones de los pastores encuestados (triángulos) y de los lugares donde se ha realizado el seguimiento de los cadáveres (estrellas). Los mapas fueron generados con ArcGIS 10.1Las áreas de estudio representan dos de los principales sistemas tradicionales de ganadería extensiva en España (es decir, la ganadería basada en pastos). Ambas zonas se caracterizan por la presencia de pastores que realizan prácticas ganaderas tradicionales como la trashumancia y el abandono de los cadáveres del ganado en el campo (véase la Tabla 1 para los detalles de las características sociodemográficas y ganaderas), que parecen influir en los niveles de ILK de los pastores (Oteros-Rozas et al. 2013; Morales-Reyes et al. 2018). En sistemas similares de la cuenca mediterránea, se ha descrito que los buitres y las águilas ocupan un lugar destacado en la cultura de las comunidades locales (Stara et al. 2016) y se ha constatado que los pastores mantienen un alto nivel de conocimiento sobre estas especies (Cortés-Avizanda et al. 2018). De hecho, en las zonas de estudio, la media de especies conocidas por los pastores respecto al total de especies por las que se preguntó fue del 67,6% en la Cordillera Cantábrica y del 73,7% en la Cordillera Bética. Además, la media de especies vistas por los pastores respecto al total de especies preguntadas fue del 64,7% en la Cordillera Cantábrica y del 64,8% en la Cordillera Bética.
El poblado cántabro de la Edad del Hierro
La Cordillera Cantábrica se extiende más o menos paralela a la costa norte de España y recorre unos 500 km desde los Pirineos occidentales, pasando por el País Vasco, Cantabria, Castilla y León, Asturias y Galicia. Separan la España Verde de las altiplanicies de la Meseta Central y son la razón por la que la primera recibe tantas precipitaciones de los frentes meteorológicos predominantes del oeste/noroeste.
Están compuestas en su mayoría por caliza, conglomerado, pizarra, cuarzo, arenisca y granito, dando lugar a numerosas e interesantes formaciones rocosas, como esta cresta de afloramientos calcáreos que recuerda la espalda de un estegosaurio.